miércoles, 6 de octubre de 2010

Ecuador ¿Golpe de Estado?

Ecuador ¿Golpe de Estado?
Elementos técnicos que permiten definir un Golpe de Estado.

Poco a poco comienza a ser conocida la verdad respecto de los hechos que se desarrollaron en Ecuador el pasado 30 de septiembre. La comunidad internacional ha podido presenciar, gracias a la televisión, desde un cómodo sillón como la Guardia Nacional Ecuatoriana (un símil a la Policía chilena) se sublevaba contra el Gobierno de Rafael Correa (representante de Alianza País). Los medios de comunicación, en especial el canal de televisión estatal Ecuador TV no dejó de transmitir y llevar hasta nosotros los eventos funestos del gremio policiaco, señalando que se había producido un Golpe de Estado en el hermano país. Es mas, tras la declaración del estado de excepción, la Secretaría Nacional de Comunicación de la Presidencia de la República envió un correo electrónico a los directivos de los canales de televisión y de radio del país en los que “se les exigió que se conectaran a Ecuador TV y Radio Pública, respectivamente” ambas vinculadas al gobierno. Correa, político audaz y conocedor de la importancia de los medios no dudó en reafirmar la tesis televisiva y gritar a los vientos que su Gobierno estaba en vías de ser derrocado por los sublevados quienes, obviamente, estaban apoyados por la oposición ecuatoriana. la que a su vez era respaldada por la política exterior norteamericana en campaña contra el Frente Bolivariano. ¿Tiene Correa, razones para creer en la teoría de la conspiración? Tal vez sí; no olvidemos que Ecuador limita al norte con Colombia -país a cargo del presidente Juan Manuel Santos- que pertenece a sectores con el cual ha tenido problemas de soberanía por la introducción de tropas colombianas en el territorio ecuatoriano; además de ser el lugar en el cual las tropas norteamericanas han sentado bases para apoyar la guerra contra la FARC; al sur limita con Perú –liderada por Alan García- país con el que no mantiene buenas relaciones, al oeste con el amazonas (no se puede decir Brasil, esa es tierra de nadie), y al este con el Océano Pacífico. Además ¿quien podría considerar que la Guardia Nacional, que gana aproximadamente 440 mil pesos chilenos y a la cual le han subido el sueldo en el periodo del citado Presidente y a la que le volvieron a reajustar el salario favorablemente después del 30/09, este disconforme con el mismo? Por lo mismo, podría considerarse que la policía no era la única actuando en esta situación. Reafirma lo anterior, las encendidas declaraciones de Gilmar Gutierrez y de Cesar Montúfar, político de oposición a Correa, quien señalaba que este hecho no era consecuencia puntual de la norma que reducía prestaciones a la Guardia Nacional sino que de la política de Correa.


Sin embargo, y considerando que las motivaciones que tuvo la Guardia Nacional podrían haber sido muchas, o tal vez solamente la reivindicación gremial de quien exige por medio de las armas [que es el instrumento con el que cuentan los militares] no perder beneficios (aunque el hecho de que las ocupen hable pésimo de las FFAA ecuatorianas, que como en su tiempo las chilenas dejaron de ser obedientes y no deliberantes), el punto central es determinar si correspondió esta situación a un verdadero Golpe de Estado. Las consecuencias de lo anterior son evidentes, tanto en lo interno (como mantener el Estado de Excepción) como en lo externo (el juicio que la Comunidad Internacional emite, a través de sus instancias –como UNASUR-), lo que repercutirá en las facultades que tendrá el Presidente para Gobernar, y en este caso, realizar su plan de Gobierno (el que ha denominado “la revolución ciudadana”).
Como señala Curzio Malaparte en su texto “La Técnica del Golpe de Estado” [Malemparte, Curzio. La técnica del Golpe de Estado. Santiago de Chile, Editorial Zig- Zag, 1934.], el Golpe de Estado, consiste en una “organización científica” que requiere de una “técnica” específica, contra la cual los Estados (al menos hasta 1934) respondían con medidas de Policía custodiando los centros administrativos y burocráticos del aparato estatal, sin embargo “desde Sila, la técnica del golpe de Estado ha hecho progresos considerables; resulta, pues, clarísimo que las medidas tomadas por Kerenski para impedir que Lenin se adueñase del Poder, hubieran debido ser completamente distintas de las que empleó Cicerón para defender a la República contra la sedición de Catilina. Lo que, en otros tiempos, era un problema de policía, es hoy un problema técnico (p. 73)”. Por ello, y considerando que las fuerzas armadas están entrenadas en la estrategia ¿Existen elementos técnicos que permitirían decir que este situación fue un Golpe de Estado? Y si lo fue ¿Por qué no resultó? ¿O se trata más bien de una insurrección?
En 1920 el Gobierno Polaco que estaba siendo asediado por el ejército rojo, dirigido por Trotsky, dio una cátedra de qué medidas de policía adoptar y a la vez como descuidar los aspectos técnicos que posibilitan un golpe de Estado ¡El transporte, los suministros energéticos y alimentos, los jefes militares y los medios de comunicación; se encontraban sin protección de ninguna índole! Estos elementos, básicos en el Estado moderno, son los mismos que la oposición desde antes y las FFAA después neutralizaron cuando llegaron al Poder en Chile el año 73 (recuerden el paro de los camioneros, el asesinato del Gral Prats, la contracampaña de El Mercurio y el posterior bombardeo a las radioemisoras del Gobierno de Allende).
¿Qué elementos de los mencionados fueron neutralizados por la Guardia Nacional? Ninguno; es mas, la televisión del gobierno fue la que transmitió todo el evento (en vivo y en directo), y de hecho fue la que tenía las mejores “tomas” (dirá algún crítico de espectáculos). De hecho, en estos días, la misma cadena televisiva “encontró” un registro de audio de la Policía en la cual se señala que “podrían” matar al Presidente. Los suministros siguieron llegando, los caminos no fueron cortados y los Policías se “acuartelaron” (incluso en el Aeropuerto).
Ah! Dirá alguno ¿Cómo entonces se puede explicar el secuestro? La situación se resuelve porque el presidente concurrió ¡al hospital de la Policía! Debido a una “descoordinación” de su propio gabinete.
Todo lo anterior y haciendo una comparación histórica, como por ejemplo con el Golpe en Honduras, Argentina o Chile, permiten concluir que tal vez la oposición al Gobierno de Correa quería un Golpe de Estado, pero el actuar de la Guardia Nacional no consistió en mas que una insurrección Gremial que no tenía por finalidad provocar un cambio en el Estado sino que, considerando que cuando reclaman los militares no dejan de ser militares, lo que pretendía, era defender sus derechos adquiridos y por ello el uso de las armas.
Por lo tanto, es de esperar que en Ecuador se mantenga una democracia mayoritaria, pero respetuosa de las minorías y no se reemplace por un totalitarismo encubierto por una maquinación televisiva que desencadenó en una reacción legal que a su vez es amparada por la Comunidad Internacional.

martes, 28 de septiembre de 2010

Declaración de Malta de la AMM sobre las Personas en Huelga de Hambre

Declaración de Malta de la AMM sobre las Personas en Huelga de Hambre

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Adoptada por la 43ª Asamblea Médica Mundial Malta, Noviembre de 1991, y revisada su redacción por la 44ª Asamblea Médica Mundial Marbella, España, Septiembre de 1992, y revisada por la Asamblea General de la AMM, Pilanesberg, Sudáfrica, octubre 2006

INTRODUCCION

1. Las huelgas de hambre se producen en diversos contextos, pero presentan principalmente dilemas en establecimientos donde la gente está detenida (prisiones, cárceles y centros de detención de inmigrantes). A menudo son una forma de protesta de las personas que no tienen otras maneras de dar a conocer sus demandas. Al rechazar los alimentos durante un período importante, por lo general esperan lograr ciertos objetivos con una publicidad negativa para las autoridades. El rechazo de alimentos aparente o por un período corto raramente plantea problemas éticos, en cambio un ayuno real y prolongado tiene riesgo de muerte o de daños permanentes para las personas en huelga de hambre y puede crear un conflicto de valores para los médicos. Por lo general, estas personas no desean morir, pero algunas pueden estar preparadas para hacerlo con el fin de lograr sus objetivos. El médico necesita comprobar la verdadera intención de la persona, en especial en huelgas o situaciones colectivas en las que la presión de los pares puede ser un factor. El dilema ético se plantea cuando una persona en huelga de hambre, que aparentemente ha dado instrucciones claras de no ser reanimada, alcanza un estado de deterioro cognitivo. El principio de beneficencia insta al médico a reanimarla, pero el respeto de la autonomía individual le impide intervenir cuando se ha expresado un rechazo válido y formal. Una dificultad más se agrega en los establecimientos de custodia porque no siempre queda claro si la persona en huelga de hambre expresó sus instrucciones anticipadas en forma voluntaria y con la información apropiada sobre las consecuencias. Estas normas y el documento de información abordan dichas situaciones difíciles.


PRINCIPIOS

2. Deber de actuar de manera ética. Todos los médicos están comprometidos con la ética médica en su contacto profesional con gente vulnerable, incluso cuando no prescriben una terapia. Cualquiera sea su función, el médico debe protestar si se produce coerción o maltrato de detenidos y debe tratar de evitarlos.


3. Respeto de la autonomía. El médico debe respetar la autonomía de la persona. Esto puede incluir una evaluación difícil, ya que los deseos reales de la persona en huelga de hambre puede que no sean tan claros como parecen. Toda decisión pierde fuerza moral si se toma involuntariamente bajo amenazas, presión o coerción de los pares. No se debe obligar a las personas en huelga de hambre a ser tratadas si lo rechazan. La alimentación forzada contra un rechazo informado y voluntario es injustificable. La alimentación artificial con el consentimiento explícito o implícito de la persona en huelga de hambre es aceptable éticamente y puede evitar que la persona alcance un estado crítico.

4."Beneficio" y "daño". El médico debe poner en práctica sus conocimientos y experiencia para beneficiar a las personas que atiende. Este es el concepto de "beneficencia" que se complementa con el de "no maleficencia" o Primun non Nocere. Estos dos conceptos necesitan estar equilibrados. "Beneficio" incluye el respeto de los deseos de la persona y también promover su bienestar. Evitar el "daño" no sólo significa disminuir al mínimo el daño a la salud, sino que también no forzar un tratamiento en gente competente ni presionarlos para que terminen el ayuno. La beneficencia no incluye prolongar la vida a cualquier costo, sin respeto de otros valores.

5. Equilibrio de doble lealtad. El médico que atiende a las personas en huelga de hambre puede experimentar un conflicto entre su lealtad a la autoridad que lo emplea (como la administración de una prisión) y su lealtad al paciente. El médico con doble lealtad está comprometido con los mismos principios éticos que los otros médicos.

6. Independencia clínica. El médico debe permanecer objetivo en sus evaluaciones y no permitir que terceros influyan en su opinión médica. No debe permitir que sea presionado para intervenir por razones que no sean clínicas o para transgredir los principios éticos.


7. Confidencialidad. El deber de confidencialidad es importante para crear confianza, pero no es absoluto. Puede ser dejado de lado si el hecho de no hacer una revelación pone en serio peligro a otros. Al igual que otros pacientes, la confidencialidad de la persona en huelga de hambre debe ser respetada, a menos que ella acepte la revelación o a menos que sea necesario compartir información para evitar un daño serio. Si la persona acepta, sus parientes y representante legal deben mantenerse informados de la situación.


8. Obtener la confianza. Crear confianza entre el médico y las personas en huelga de hambre con frecuencia es clave para lograr una resolución en la que ambos respeten los derechos de la persona en huelga de hambre y disminuyan al mínimo el daño. La obtención de la confianza puede crear oportunidades para solucionar situaciones difíciles. La confianza depende de que el médico dé un consejo apropiado y sea franco con la persona en huelga de hambre sobre lo que él puede o no hacer, incluso cuando no pueda garantizar la confidencialidad.

NORMAS PARA EL TRATO DE LAS PERSONAS EN HUELGA DE HAMBRE

9. El médico debe evaluar la capacidad mental de la persona. Esto incluye controlar que el individuo que quiere ayunar no tenga un deterioro mental que afecte seriamente su juicio. Los individuos que tienen un deterioro grave de su capacidad mental no pueden considerarse como personas en huelga de hambre. Necesitan tratamiento para sus problemas mentales, en lugar de permitirles que ayunen de manera que pongan en peligro su salud.

10. A la brevedad posible, el médico debe obtener el historial médico preciso y detallado de la persona que desea iniciar una huelga de hambre. Las consecuencias médicas de cualquier condición existente deben ser explicadas a la persona. El médico debe cersiorarse que las personas en huelga de hambre comprenden las posibles consecuencias del ayuno para su salud y advertirles con palabras simples las desventajas. El médico también debe explicarles cómo se pueden disminuir los daños para la salud o retardarlos, por ejemplo, al aumentar el consumo de líquidos.

11. Se debe realizar un examen minucioso al comienzo del ayuno. Se debe discutir con la persona en huelga de hambre el manejo de los síntomas futuros, incluidos los que no están relacionados con el ayuno. Se debe tomar nota de sus valores y deseos sobre cómo debe ser atendida en caso de una huelga prolongada.

12. Algunas veces, las personas en huelga de hambre aceptan una transfusión intravenosa de una solución salina u otras formas de tratamiento médico. El rechazo de aceptar ciertas intervenciones no debe ir en prejuicio de cualquier otro aspecto de la atención médica, como el tratamiento de infecciones o del dolor.

13. El médico debe conversar en privado con la persona en huelga de hambre y fuera del alcance de escucha de otras personas, incluidos otros detenidos. Una comunicación clara es esencial y cuando sea necesario se debe disponer de intérpretes que no estén relacionados con las autoridades carcelarias y ellos también deben respetar la confidencialidad.

14. Los médicos deben convercerse de que el rechazo de alimentos o tratamiento es una elección voluntaria de la persona. Las personas en huelga de hambre deben ser protegidas de la coerción. Con frecuencia, los médicos pueden lograr esto y deben saber que la coerción puede venir del grupo de pares, las autoridades u otros, como los familiares.

15. Si el médico no puede aceptar por razones de conciencia el rechazo del paciente a tratamiento o alimentación artificial, el médico debe dejarlo claro al principio y referir a la persona en huelga de hambre a otro médico que pueda aceptar su rechazo.


16. La comunicación continua entre el médico y las personas en huelga de hambre es vital. El médico debe cerciorarse a diario si las personas desean continuar con la huelga de hambre y lo que quieren que se haga cuando ya no puedan comunicarse con claridad. Esta información debe ser registrada en forma apropiada.

17. Cuando un médico se hace cargo del caso, la persona en huelga de hambre puede que ya haya perdido su capacidad mental, de modo que no hay oportunidad de discutir sobre su reanimación o sus deseos. Se deben considerar las instrucciones anticipadas expresadas por la persona en huelga de hambre. El rechazo anticipado de tratamiento exige respeto si refleja el deseo voluntario del individuo cuando está en un estado competente. En los establecimientos de custodia, es necesario considerar la posibilidad que las instrucciones anticipadas hayan sido entregadas bajo presión. Cuando el médico tenga serias dudas sobre las intenciones de la persona, todas las instrucciones deben ser tratadas con mucha cautela. Sin embargo, si las instrucciones anticipadas han sido entregadas con buena información y de manera voluntaria, por lo general pueden ser dejadas de lado si son invalidadas porque la situación en que se tomó la decisión ha cambiado radicalmente desde que la persona perdió su competencia.

18. Si no es posible hablar con la persona y no existen instrucciones anticipadas, el médico debe hacer lo que estime que es mejor para su paciente. Esto significa considerar los valores personales y culturales de la persona en huelga de hambre y también su salud física. Si no existe ninguna evidencia de los deseos de la persona, el médico debe decidir si procede o no con la alimentación, sin interferencia de terceros.

19. El médico puede considerar, si se justifica, no seguir las instrucciones que rechazan el tratamiento porque, por ejemplo, se piensa que el rechazo fue expresado bajo presión. Si luego de la reanimación y con sus facultades mentales restablecidas la persona en huelga de hambre insiste en su intención de ayunar, dicha decisión debe ser respetada. Es ético permitir que una persona en huelga de hambre determinada muera en dignidad, en lugar de someterla a repetidas intervenciones contra su voluntad.

20. La alimentación artificial puede ser éticamente apropiada si una persona en huelga de hambre que está con sus capacidades está de acuerdo con ello. También puede ser aceptable si las personas incompetentes no han dejado instrucciones anticipadas sin presión que la rechacen.

21. La alimentación forzada nunca es éticamente aceptable. Incluso con la intención de beneficiar, la alimentación con amenazas, presión, fuerza o uso de restricción física es una forma de trato inhumano y degradante. Al igual que es inaceptable la alimentación forzada de algunos detenidos a fin de intimidar o presionar a otras personas en huelgas de hambre para que pongan término a su ayuno.

domingo, 19 de septiembre de 2010

El Cabildo del que conmemoramos 200 años...

Acta de la instalacion de la Escelentisima Junta Guvernativa del
Reyno


En la muy Noble ciudad de Santiago a diez y ocho dias del Mez de Septiembre del año de mill ochocientos diez -

El Muy Ilustre Señor Presidente y Señores de su Cabildo congregados con todos los Gefes de todas las corporaciones, Prelados de las Comunidades Religiosas, y vecindario Noble de la Capital en la sala del Real Consulado: Dixeron que siendo el principal objeto del Govierno y del Cuerpo representante de la Patria el orden, quietud, y tanquilidad Publica perturvada notablemente en medio de la incertidumbre aserca de las noticias de la Metropoli que producian una divergencia peligrosa en las opiniones de los ciudadanos se habia adoptado el partido de consiliarlas a un punto de unidad combocandolos al Magestuoso congreso en que se hallavan reunidos para consultar la mejor defensa del Reyno y sosiego comun conforme a lo acordado y teniendo a la vista el Decreto de treinta de Abril Escpedido por el Supremo Concejo de Regencia en que se niega toda provicion y audiencia en materia de gracia y justicia quedando solo expedito su despacho en las de Guerra con concideracion a que la misma Regencia con su manifiesto de catorce de Febrero ultimo ha remitido el de la instalacion de la Junta de Cadiz advirtiendo a las Americas que esta podra servir de Modelo a los Pueblos que quieran elegirse un Govierno representativo digno de su confianza y proponiendose que toda la discordia de la capital provenia del deseo de tal establecimiento con el fin de que se examinase y decidiese por todo el Congreso la legitimidad de este negocio: oydo el Procurador General que con la mayor energia expuso las Deciciones legales y que ha este Pueblo asistia las mismas prerrogativas y derechos que a los de España para fixar un Govierno igual especialmente quando no menos que aquellos se halla amenazados de enemigos y de las intrigas que hacen mas peligrosa la distancia nesecitado a precaverlas, y preparar su mejor defenza : con cuios antesedentes penetrado el Muy Ilustre Señor Presidente de los propios conocimientos, y ha exemplo de lo que hizo el Señor Governador de Cadiz; depositó toda su autoridad en el Pueblo para que acordase el Govierno mas digno de su confianza y mas a proposito a la observancia de las Leyes, y conservacion de estos Dominios a su legitimo Dueño y desgraciado Monarca el Señor Don Fernando Septimo en este solemne acto todos los Prelados Gefes, y Vecinos tributandole las mas expresivas Gracias por aquel magnanimo desprendimiento, aclamaron con la mayor efucion de su alegria y armoniosa uniformidad que se estableciese una junta presidida [ tarjado ] del mismo Señor Conde de la Conquista en manifestacion de la gratitud que merecía a este Generoso Pueblo, que teniendole a su frente se promete el Govierno mas feliz la Paz inalterable y la seguridad permanente del Reyno:

Resolvieron que se agregasen seis vocales que fuesen interinos mientras se convocavan y llegavan los Diputados de todas las provincias de Chile para organizar lo que devia regir en lo subsesibo y procatiendo a la eleccion de estos propuestos en primer lugar el Ilustrisimo Señor Don Jose Antonio Martinez de Aldunate, se acepto con universal aprovacion del congreso: sucedio lo mismo con el segundo vocal el Señor Don Fernando Marquez de la Plata del supremo Consejo de la Nacion : con el tercero Doctor Don Juan Martinez de Rosas : y quarto vocal el Señor Coronel Don Ignacio de la Carrera, admitidos con los mismos vivas y aclamaciones sin que discrepase uno demas de quatrocientos sinquenta vocales y procediendo luego a la eleccion por sedulas secretas de los dos Miembros que devian completar la junta ( porque se advirtio alguna diferencia en los dictamenes) resulto la Pluralidad por el Señor Coronel Don Francisco Xavier de Reyna y Maestre de Campo Don Juan Enrique Rosales, que manifestados al Publico fueron recividos con singular regosijo: con el que selevro todo el congreso la eleccion de dos secretarios en los Doctores Don Jose Gaspar Marin, y Don Jose Gregorio de Argomedo, que por su notoria literatura honor y Providad se han adquirido toda la satisfaccion del Pueblo: se consedio a los secretarios el voto informativo acordandose que el mismo Escribano de Govierno lo fuese de la Junta: se concluieron y proclamaron las elecciones : Fueron llamados los electos, y haviendo prestado el juramento de husar fielmente su Ministerio, defender este Reyno hasta con la ultima gota de su sangre concervarlo al Señor Don Fernando Septimo y reconocer el Supremo Concejo de Regencia fueron puestos en posecion de sus empleos: Declarando el Ayuntamiento, Prelados, Gefes, Vecinos el tratamiento de exelencia que devia corresponder ha aquella Corporacion, y a su Presidente en particular, como a cada vocal el de Señoria, la facultad de proveer los empleos bacantes y que vacaren, y a las demas que dictase la necesidad de no poderse ocurrir a la Soverania Nacional.

Todos los cuerpos Militares, Xefes, Prelados, Religiosos, y Vecinos juraron en el mismo acto obediencia y fidelidad a dicha junta instalada asi en nombre del Señor Don Fernando Septimo a quien estara siempre sugeta conservando las autoridades constituidas, y empleados en sus respectivos destinos : Y haviendose pasado oficio al Tribunal de la Real Audiencia para que prestase el mismo reconocimiento el dia de mañana diez y nueve del corriente ( por haverse concluido las diligencias relacionadas a la hora intempestiva de las tres de la tarde ) resolvieron dichos señores se extendiese esta Acta, y publicase en forma de Vando Solemne, se fixarse para mayor notoriedad en los Lugare (sic) acostumbrados, y se circulasen testimonios con los respectivos oficios a todas las Ciudades y Villas del Reyno. Asi lo acordaron y firmaron de que doy fe

Jose Manuel Infante
Procurador General

sábado, 18 de septiembre de 2010

Todos somos liberales

Por Mario Vargas Llosa


La palabra de moda en América Latina es liberal. Se la oye por todas partes, aplicada a los políticos y a las políticas más disímiles. Pasa con ella lo que, en los sesenta, con las palabra socialista y social, a las que todos los políticos y los intelectuales se arrimaban, pues, lejos de ellas, se sentían en la condición de dinosaurios ideológicos. El resultado fue que como todos eran socialistas o, por lo menos, sociales —socialdemócratas, social cristianos, social progresistas— aquellas palabras se cargaron de imprecisión. Representaban tal mezcolanza de ideas, actitudes y porqués que dejaron de tener una significación precisa y se volvieron estereotipos que adornaban las solapas oportunistas de gentes y partidos empeñados en “no perder el tren de la historia” (según la metáfora ferrocarrilera de Trotsky).

Hoy se llama liberal a la política de Collor de Mello, que puso a la economía brasileña más trabas que púas tiene un puercoespín, y a la de Salinas de Gortari, que ha destrabado la de México, sí, pero preside un régimen seudodemocrático en el que el partido gobernante perfeccionó a tales extremos sus técnicas para perpetuarse en el poder que, por lo visto, ya ni siquiera necesita amañar las elecciones para ganarlas. Si creemos a los medios de comunicación, son liberales los gobiernos de Menem en Argentina y de Paz Zamora en Bolivia, el de Carlos Andrés Pérez en Venezuela y el de Violeta Chamorro en Nicaragua y así sucesivamente. Todos somos liberales, pues. Lo que equivale a nadie es liberal. Para algunos, liberal y liberalismo tienen una exclusiva connotación económica y se asocian a la idea del mercado y la competencia. Para otros es una manera educada de decir conservador, e incluso troglodita. Muchos no tienen la menor sospecha de lo que se trata, pero comprenden, eso sí, que son palabras de fogosa actualidad política, que hay, por tanto, que emplear (exactamente como en los cincuenta había que hablar de compromiso; en los sesenta, de alineación; en los setenta, de estructura, y en los ochenta de perestroika).

Si uno quiere ser entendido cada vez que emplea los vocablos liberal y liberalismo conviene que los acompañe de un predicado especificando qué pretende decir al decirlos. Ello es necesario para salir al fin del embrollo político-lingüístico en el que hemos vivido gran parte de nuestra vida independiente. Y porque América Latina tiene, una vez más, la posibilidad de enmendar el rumbo y —aunque ello suene a frase hecha— convertirse en un continente de países que prosperan porque han hecho suya la cultura de la libertad. Esto es ahora menos imposible que hace unos años, porque el rechazo a las dictaduras y al utopismo revolucionario ha echado raíces en amplios sectores, que ven en los regímenes civiles, la libertad de prensa y las elecciones, la mejor defensa contra los abusos a los derechos humanos, la censura, las desapariciones, el terrorismo revolucionario o del Estado, la simple preponderancia de quienes mandan y la mejor esperanza de bienestar.

Pero la democracia política no garantiza la prosperidad. Y cuando, como ocurre en la mayoría de los países latinoamericanos, coexiste con economías semiestatizadas, intervenidas por todas clases de controles, donde proliferan el rentismo, las prácticas monopólicas y el nacionalismo económico —esa versión mercantilista del capitalismo que es la única que han conocido nuestros pueblos— ella puede significar más pobreza, discriminación y atraso de los que trajeron las dictaduras, Para que, además de la libertad política que tenemos, nuestras flamantes democracias nos traigan también justicia y progreso —oportunidades para todos y gran
movilidad social— necesitamos una reforma que reconstruya desde sus cimientos nuestras instituciones, nuestras ideas y nuestras costumbres. Una reforma no socialista, ni socialdemócrata, ni socialcristiana, sino liberal. Y la primera condición para que ello pueda ser realidad es tener claro qué aleja o aproxima a ésta, de aquellas opciones.

Las primeras lecciones de liberalismo yo las recibí de mi abuelita Carmen y mi tía abuela Elvira, con quienes pasé mi infancia. Cuando ellas decían de alguien que era un liberal, lo decían con un retintín de alarma y de admonición. Querían decir con ello que esa persona era demasiado flexible en cuestiones de religión y de moral, alguien que, por ejemplo encontraba lo más normal del mundo divorciarse y recasarse, leer las novelas de Vargas Vila y hasta declararse libre pensador. La suya era una versión más restringida, latinoamericana y decimonónica de lo que es un liberal. Porque los liberales del siglo XIX, en América Latina, fueron individuos y partidos que se enfrentaban a los llamados conservadores en nombre del laicismo. Combatían la religión de Estado y querían restringir el poder político y a veces económico de la Iglesia, en nombre de un abanico de mentores Ideológicos —desde Rosseau y Montesquieu hasta los jacobinos— y enarbolaban las banderas de la libertad de pensamiento y de creencia, de la cultura laica, contra el dogmatismo y el oscurantismo de la ortodoxia religiosa.

Hoy podemos damos cuenta que, en esa batalla de casi un siglo, tanto liberales como conservadores quedaron entrampados en un conflicto monotemático excéntrico a los grandes problemas: ser adversarios o defensores de la religión católica Así contribuyeron decisivamente a desnaturalizar las palabras, las doctrinas y valores implícitos a ellas con que vestía sus acciones políticas. En muchos casos excluido el tema de la religión, conservadores y liberales fueron índiferenciables en todo lo demás y, principalmente, en sus políticas económicas, la organización del Estado, la naturaleza de las instituciones y la centralización del poder (que ambos fortalecieron de manera sistemática siempre). Por eso, aunque en esas guerras interminables, en ciertos países ganaron los unos y en otros los otros, el resultado fue más o menos similar: un gran fracaso nacional. En Colombia, los conservadores derrotaron a los liberales. Y en Venezuela estos a aquellos y eso significó que la Iglesia católica ha tenido en este último país menos influencia política y social que en aquél. Pero en todo lo demás, el resultado no produjo mayores beneficios sociales ni económicos ni a unos ni a otros, cuyo atraso y empobrecimiento fueron muy semejantes (hasta la explotación del petróleo en Venezuela, claro está).
Y la razón de ello es que los liberales y conservadores latinoamericanos fueron ambos tenaces practicantes de esa versión arcaica —la oligárquica y mercantilista— del capitalismo, a la que, precisamente, la gran revolución liberal europea transformó de raíz. Al extremo de que, en muchos países, como el Perú, fueron los conservadores, no los liberales, quienes dieron las medidas de mayor apertura y libertad, en tanto que en la economía estos practicaron el intervencionismo y el estatismo.

Lo cierto es que el pensamiento liberal estuvo siempre contra el dogma —contra todos
los dogmas, incluido el dogmatismo de ciertos liberales— pero no contra la religión católica ni ninguna otra y que más bien la gran mayoría de filósofos y pensadores del liberalismo fueron y son creyentes y practicantes de alguna religión. Pero si se opusieron siempre a que, identificada con el Estado, la religión se volviera obligatoria: es decir, que se privara al ciudadano de aquello que para el liberalismo es el más preciado bien: la libre elección. Ella está en la raíz del pensamiento liberal, así como el individualismo, la defensa del Individuo singular de ese espacio autónomo de la persona para decidir sus actos y creencias que se llama soberanía, contra los abusos y vejámenes que pueda sufrir de parte de otros individuos o de parte del Estado, monstruo abstracto al que el liberalismo, premonitoriamente, desde el siglo XVIII señaló como el gran enemigo potencial de la libertad humana al que era imperioso limitar en todas sus Instancias para que no se convirtiera en un Moloch devorador de las energías y movimientos de cada ciudadano.

Si la preocupación respecto al dogmatismo religioso ha quedado anticuada desde una perspectiva latinoamericana, en la que un laicismo que no dice su nombre avanza a grandes zancadas desde hace décadas, la crítica del Estado grande como fuente de injusticia e ineficiencla de la doctrina liberal tiene en nuestros países vigencia dramática. Unos más, unos menos, todos padecen un gigantismo estatal del que han sido tan responsables nuestros llamados liberales como los conservadores. todos contribuyeron a hacerlo crecer, extendiendo sus funciones y atribuciones, cada vez que llegaban al gobierno, porque, de ese modo, pagaban a su clientela, podían distribuir prebendas y privilegios, y, en una palabra, acumulaban más poder.

De ese fenómeno han resultado muchas de las trabas para la modernización de América Latina: el reglamentarismo asfixiante, esa cultura del trámite que distrae esfuerzos e inventivas que deberían volcarse en crear y producir, la inflación burocrática que ha convertido a nuestras instituciones en paquidermos ineficientes y a menudo corrompidos; esos vastos sectores públicos expropiados a la sociedad civil y preservados de la competencia, que drenan inmensos recursos a la sociedad, pues sobreviven gracias a cuantiosos subsidios y son el origen del crónico déficit fiscal y su correlato: la Inflación.

El liberalismo está contra todo eso, pero no está contra el Estado, y en eso se diferencia del anarquismo, que quisiera acabar con aquél. Por el contrario, los liberales que no sólo aspiran a que sobrevivan los estados sino a que ellos sean Io que precisamente no son en América Latina: fuertes, capaces de hacer cumplir las leyes y de prestar aquellos servicios, como administrar Justicia y preservar el orden público, que les son inherentes. Porque existe una verdad poco menos que axiomática —muy difícil de entender en países de tradición centralista y mercantilista: que mientras más grande es el Estado, es más débil, más corrupto y menos eficaz.

Es lo que pasa entre nosotros. El Estado se ha arrogado toda clase de tareas, muchas de las cuales estarían mejor en manos particulares, como crear riqueza o proveer seguridad social. Para ello ha tenido que establecer monopolios y controles que desalientan la iniciativa
creadora del individuo y desplazan el eje de la vida económica del productor al funcionario, alguien que, dando autorizaciones y firmando decretos, enriquece, arruina o mantiene estancadas a las empresas. Este sistema enerva la creación de riqueza, pues lleva al empresario a concentrar sus esfuerzos en obtener prebendas de poder político, a corromperlo o aliarse con él, en vez de servir al consumidor. Pero además, el mercantilismo provoca una progresiva pérdida de legitimidad de ese Estado al que el grueso de la población percibe como una fuente continua de discriminación o Injusticia.

Este es el motivo de la creciente informalización de la vida y de la economía que experimentan todos nuestros países. Si la legalidad se convierte en una maquinaria para beneficiar a unos y discriminar a otros. Si solo el poder económico o el político garantizan el acceso al mercado formal, es lógico que quienes no tienen ni uno ni otro trabajen al margen de las leyes y produzcan y comercien fuera de ese exclusivo club de privilegiados que es el orden legal. Las economías Informales parecieron durante mucho tiempo un problema No lo son, sino, más bien, una solución primitiva y salvaje, pero una solución, al verdadero problema; el mercantilismo, esa forma atrofiada del capitalismo, resultante del sobredimensionamiento estatal. Esas economías informales son la primera forma —y es significativo que sean una creación de los marginados y pobres— aparecida en nuestros países de una economía de libre competencia y de un capitalismo popular.

Este es el más arduo reto de la opción liberal en América Latina: adelgazar drásticamente al Estado, ya que ésta es la más rápida manera de tecnificarlo y de moralizarlo. No solo se trata de privatizar las empresas públicas devolviéndolas a la sociedad civil; de poner fin al reglamentarismo kafkiano y a los controles paralizantes y al régimen de subsidios y de concesiones monopólicas y, en una palabra, de crear economías de mercado de reglas claras y equitativas, en las que el éxito y el fracaso no dependen del burócrata, sino del consumidor. Se trata, sobre todo, de desestatizar unas mentalidades acostumbradas por la
práctica de siglos —pues esta tradición se remonta hasta los Imperios prehispánicos colectivistas en los que el individuo era una sumisa función en el engranaje Inalterable de la sociedad— a esperar de algo o de alguien —el emperador, el rey, el caudillo o el gobierno— la solución de sus problemas, una solución que tuvo siempre la forma de la dádiva.

Sin esa desestatización de la cultura y la psicología, el liberalismo será letra muerta en nuestros países.

Debemos recobrar una independencia mental que hemos venido perdiendo a causa del parasitismo y de la pasividad que engendran las prácticas mercantilistas. Solo cuando a esta actitud la remplace el convencimiento de que la solución de los problemas básicos es, ante todo, responsabilidad propia, reto al esfuerzo y la creatividad de cada cual, la opción liberal habrá echado raíces hondas y comenzará a ser cierta la revolución de la libertad en América Latina.

lunes, 6 de septiembre de 2010

Las Lluvias de Agosto

Ya desde hace algunos años, al menos desde que adquirí la conciencia del paso del tiempo, he visto llover los últimos días de Agosto y más específicamente el último día de aquel mes. Y no es que me este quejando de que ello suceda, puesto que sabemos como ayudan al contaminado Santiago las precipitaciones en esta época del año permitiéndonos respirar al menos por un instante aire puro, sino que atrae mi atención el hecho de que siempre caiga un diluvio antecedido y precedido, por un radiante sol, el día de mi cumpleaños.

Cuando niño, me extañaba, e incluso me enrrabiaba esta situación, puesto que no podía entender como el cielo conspiraba contra una fiesta que a veces planeaba por semanas. Reconozco que me irritaba, ya que hasta último minuto estaba en la incertidumbre acerca de si aparecerían mis compañeros para comer torta y lesear un rato.

Hoy, un tanto menos niño, ya no me complica aquello, puesto que los buenos amigos y la familia aparecen aunque el cielo se este abriendo y la tierra se este deshaciendo; sin embargo es respecto de aquellos “chubascos” que se dejan caer para los que creo haber encontrado un nuevo significado.

Si lo pensamos de manera concreta y simple, la lluvia son las precipitaciones que caen a la tierra en forma de gotas descendiendo desde distintos tipos de nubes (nubes nimboestratos y las nubes cumulonimbos) que concentran gran cantidad de agua, las que al unirse y hacerse pesadas, precipitan al suelo.

Sin embargo, si miramos un poco más allá, y consideramos el alto poder simbólico que este fenómeno posee, habremos de señalar que desde antiguo, la lluvia ha tenido un significado especial. Los pueblos agricultores, como por ejemplo los pueblos mesoamericanos han considerado a la lluvia como un símbolo de “fertilidad” producto del efecto que desencadenan en las plantaciones y por ello le han dedicado ceremonias y ritos para celebrarla (Juego del Volador) y en algunos casos solicitarla. La cultura “Cherokee”, una tribu del sureste de Estados Unidos, pretendía con la “danza de la lluvia” limpiar la tierra de espíritus malignos y según señalaba su tradición, la lluvia provocada por el ritual contenía los espíritus de antiguos jefes tribales que, al caer, se enfrentaban a los espíritus malignos en el plano intermedio entre la realidad y el mundo espiritual. Así mismo, en la cultura Mapuche, el elemento acuático juega un papel muy importante tanto en la ceremonia del Nguillatún, como en el motivo que conduce a realizarla. La lluvia es vista como el principal referente de la “fertilidad” (como en mesoamérica); sin ella no hay alimentos y, por ende, el ser humano no puede subsistir, “pero en exceso también crea un estado poco fértil”. Por ende, el Nguillatún actúa como “medio de equilibrio” de la lluvia y su poder fertilizante*(Fertilidad y Ritualidad en la poesía Etnocultural Mapuche por Mónica Munizaga).

Así las cosas, lluvia para el día de cumpleaños de una persona o institución no puede significar una mala jugada del destino. Y es que si se piensa bien, cada vez que se celebra un cumpleaños o aniversario se pretender recordar “el origen” de algo o alguien, como si quien rememora el evento volviera a encontrarse en el espacio y tiempo específico del nacimiento o fundación. Y es que este hecho, para quien es el actor principal de la situación, implica necesariamente reencontrarse con la pureza y con el objetivo primario de la creación, sin las espurias preocupaciones de la vida común y silvestre; desprovista de prejuicios y cual hoja en blanco, listo para llenar con contenido los espacios y reinventarse hacia el infinito.


Es aquí, donde un día de lluvia le da una connotación mayor aún a esta rememoración, puesto que mediante su significado purificador implica necesariamente renovación, revitalización y limpieza de lo que una etapa del calendario solar (en nuestro occidente) ha significado. Es por tanto un “sumergirse en el río” para dejar atrás un lapso de vida que se consumió y que permite disponerse para ser actor de un nuevo periodo de existencia.




domingo, 28 de febrero de 2010

El Estado de Catástrofe (algunas aclaraciones para los no leguleyos)


El estado de catástrofe (para mis amigos que no son leguleyos)

Hace unas horas la Presidenta Bachelet decretó "estado de catástrofe" para la Región del Maule y del Bío- Bío. Las siguientes líneas tienen por objeto explicar en qué consiste dicho "estado" y cuales son las consecuencias que involucran.

Estados de Excepción Constitucional

El "estado de Catástrofe" se engloba dentro de lo que la Constitución designa como "estados de excepción constitucional" (art.39 CPR y ley 18415 Art. 1), que consisten en eventos en los cuales se restringen y limitan los derechos civiles y políticos de las personas, fortaleciendo las atribuciones del Presidente de la República por sobre los otros poderes del Estado. Por lo tanto implica, tal como su nombre lo señala, una situación "excepcional", que conlleva a su vez, que no se pueda extender por un tiempo muy prolongado como veremos posteriormente.

Los estados de excepción solamente pueden ser declarados cuando existan "situaciones de excepción" que los ameriten. Estas situaciones pueden ser: guerra externa o interna, conmoción interior, emergencia y calamidad pública, todas ellas cuando afecten el normal desenvolvimiento de las instituciones del Estado.

Los diversos estados de excepción que pueden decretarse son:

1) Estado de Asamblea (art. 40 CPR), cuando se esté en caso de una guerra externa
2) Estado de Sitio (art. 40 CPR), cuando se esté en caso de guerra interna
3) Estado de Catástrofe (art. 41 CPR), cuando sea por causa de calamidad pública
4) Estado de Emergencia (art. 42 CPR), en caso de grave alteraciónd el orden público o de grave daño para la seguridad de la Nación (generalmente son situaciones breves y casos aislados)

El Estado de Catástrofe, que es el que está afectando a la Región del Maule y del Bío Bío, tiene que ser declarado por el Presidente de la República mediante un "decreto supremo" firmado por él y por los Ministros del Interior y de Defensa Nacional, el cual comenzará a regir "desde la fecha de su publicación en el Diario Oficial", determinando la zona afectada, no pudiendo durar más de noventa días. El Presidente de la República podrá solicitar nuevamente su prórroga o su nueva declaración si subsisten las circunstancias que lo motivan.

Como ya señalamos, esta "situación" implica un incremento en las potestades del poder ejecutivo, por lo que la Constitución incorpora una supervigilancia del Congreso a sus actos, debiendo el Presidente de la República informar al Parlamento de las medidas adoptadas en virtud del estado de Catástrofe. El Congreso, a su vez, podrá dejar sin efecto la declaración de "estado de catástrofe" una vez transcurridos 180 días desde ésta declaración si las razones que la motivaron hubieran cesado en forma absoluta. Con todo, el Presidente sólo podrá declarar el estado de Catástrofe por un período superior a 1 año con acuerdo del Congreso Nacional (cuestión que se resolverá según el inc. II del art. 40 que señala que, el Congreso tendrá, para aprobar o rechazar la petición de que el estado de excepción dure más de 1 año, un plazo de 5 días desde que el Presidente se lo solicite, entendiéndose en caso de silencio que lo acepta tácitamente).

Por su parte el art. 43 inc. III confiere una serie de potestades al poder ejecutivo al señalar que el Presidente de la República podrá restringir las libertades de locomoción y de reunión, disponer requisiciones de bienes (o sea, realizar un acto de autoridad por el cual ésta se apropia del uso de un bien que pertenece a un particular cuando el interés público lo justifica), establecer limitaciones al ejercicio del derecho de propiedad y adoptar todas las medidas de carácter administrativo que sean necesarias para el pronto restablecimiento de la normalidad en la zona afectada.

El Jefe de la Defensa Nacional

Una vez que se ha declarado el "estado de Catástrofe", las zonas respectivas quedarán bajo la
dependencia inmediata del Jefe de la Defensa Nacional que designe el Presidente de la República, el cual asumirá la dirección y supervigilancia de su jurisdicción con las atribuciones y deberes que la ley señale.

Esto es especificado en el art. 6 de la ley 18415 que señala que una vez declarado el estado de catástrofe, las facultades conferidas al Presidente de la República podrán ser delegadas, total o parcialmente, en los jefes de la Defensa Nacional que él designe.

El art. 7 de dicha ley señala que el jefe de la Defensa Nacional que se designe tendrá los siguientes deberes y atribuciones:
1) Los contemplados en los números 1, 4 y 5 del artículo 5°
(1.- Asumir el mando de las Fuerzas Armadas y de Orden y Seguridad Pública que se encuentren en la zona declarada en estado de emergencia, para los efectos de velar por el orden público y de reparar o precaver el daño o peligro para la seguridad nacional que haya dado origen a dicho estado, debiendo observar las facultades administrativas de las autoridades institucionales colocadas bajo su jurisdicción;
4.- Controlar la entrada y salida de la zona declarada en estado de emergencia y el tránsito en ella;
5.- Dictar medidas para la protección de las obras de arte y de los servicios de utilidad pública, centros mineros, industriales y otros);
2) Ordenar el acopio, almacenamiento o formación de reservas de alimentos, artículos y mercancías que se precisen para la atención y subsistencia de la población en la zona y controlar la entrada y salida de tales bienes;
3) Determinar la distribución o utilización gratuita u onerosa de los bienes referidos para el mantenimiento y subsistencia de la población de la zona afectada;
4) Establecer condiciones para la celebración de reuniones en lugares de uso público;
5) Impartir directamente instrucciones a todos los funcionarios del Estado, de sus empresas o de las municipalidades que se encuentren en la zona, con el exclusivo propósito de subsanar los efectos de la calamidad pública;
6) Difundir por los medios de comunicación social las informaciones necesarias para dar tranquilidad a la población;
7) Dictar las directrices e instrucciones necesarias para el mantenimiento del orden en la zona, y
8) Las demás que le otorguen las leyes en su calidad de tal.

Relevante es señalar que se entenderá que "se suspende" una garantía constitucional cuando temporalmente se impide del todo su ejercicio durante la vigencia de un estado de excepción constitucional. Asimismo, se entenderá que "se restringe" una garantía constitucional cuando, durante la vigencia de un estado de excepción, se limita su ejercicio en el fondo o en la forma.

Las Requisiciones

En los casos en que se dispusieren requisiciones de bienes o establecieren limitaciones al ejercicio del derecho de propiedad (cuando importen privación de alguno de sus atributos o facultades esenciales y con ello se cause daño - art. 45 CPR inc. II-), habrá lugar a la indemnización de perjuicios en contra del Fisco, siempre que los mismos sean directos. La interposición de dicha acción no suspenderá, en caso alguno, la respectiva medida.

¿Cómo se practica la requisición?

La autoridad al hacer una requisición practicará un inventario detallado de los bienes, dejando constancia del estado en que se encuentren. Copia de este inventario deberá entregarse dentro de cuarenta y ocho horas a quien tuviere el o los bienes en su poder al momento de efectuar la requisición. En el caso de las limitaciones que se impongan al derecho de propiedad, bastará que la autoridad notifique al afectado, dejándole copia del documento que dispuso la respectiva limitación.

El monto de la indemnización y su forma de pago serán determinados de común acuerdo entre la autoridad que ordenó la requisición y el afectado por la medida. Este acuerdo deberá ser, en todo caso, aprobado por la autoridad de Gobierno Interior correspondiente al lugar donde se practicó, dentro del plazo de diez días de adoptado. A falta de acuerdo, el afectado podrá recurrir, dentro del plazo de treinta días, ante el Juez de Letras en lo Civil competente. El Tribunal dará a esta presentación una tramitación incidental, fijando en su sentencia el monto definitivo de la indemnización que corresponda, la que deberá ser pagada en dinero efectivo y al contado. La acción indemnizatoria prescribirá en el plazo de un año, contado desde la fecha de término del estado de excepción.

Las expensas de conservación y aprovechamiento de los bienes requisados o que fueren objeto de alguna limitación del dominio serán siempre de cargo fiscal. (todo lo anterior esta en la Ley 18425 art. 17 al 21)

Adopción y Comunicación de medidas

Además importante señalar que las facultades que el Presidente de la República delegue en las autoridades que señala esta ley serán ejercidas, dentro de la respectiva jurisdicción, mediante la dictación de resoluciones, órdenes o instrucciones exentas del trámite de toma de razón (debido a que exigen una gran celeridad), Y tratándose de Comandantes en Jefe o jefes de la Defensa Nacional, éstos podrán dictar, además, los bandos que estimaren convenientes.(art. 10 Ley 18415)

Por último hay que decir que todas las medidas que se adopten en virtud de los estados de excepción deberán ser difundidas o comunicadas, en la forma que la autoridad determine. En ningún caso esta difusión podrá implicar una discriminación entre medios de comunicación del mismo género. (art. 11 Ley 18415)

Espero que esto clarifique la situación por la que atraviesa un importante sector del país e implique una mayor información de las verdaderas atribuciones que las autoridades "ad hoc" designadas par ala ocasión tienen.

saludos a todos!!!
y como dijo la Presidenta
Fuerza Chile

Francisco Andrés Gómez Muñoz
estudiante de Derecho
Universidad de Chile