lunes, 6 de septiembre de 2010

Las Lluvias de Agosto

Ya desde hace algunos años, al menos desde que adquirí la conciencia del paso del tiempo, he visto llover los últimos días de Agosto y más específicamente el último día de aquel mes. Y no es que me este quejando de que ello suceda, puesto que sabemos como ayudan al contaminado Santiago las precipitaciones en esta época del año permitiéndonos respirar al menos por un instante aire puro, sino que atrae mi atención el hecho de que siempre caiga un diluvio antecedido y precedido, por un radiante sol, el día de mi cumpleaños.

Cuando niño, me extañaba, e incluso me enrrabiaba esta situación, puesto que no podía entender como el cielo conspiraba contra una fiesta que a veces planeaba por semanas. Reconozco que me irritaba, ya que hasta último minuto estaba en la incertidumbre acerca de si aparecerían mis compañeros para comer torta y lesear un rato.

Hoy, un tanto menos niño, ya no me complica aquello, puesto que los buenos amigos y la familia aparecen aunque el cielo se este abriendo y la tierra se este deshaciendo; sin embargo es respecto de aquellos “chubascos” que se dejan caer para los que creo haber encontrado un nuevo significado.

Si lo pensamos de manera concreta y simple, la lluvia son las precipitaciones que caen a la tierra en forma de gotas descendiendo desde distintos tipos de nubes (nubes nimboestratos y las nubes cumulonimbos) que concentran gran cantidad de agua, las que al unirse y hacerse pesadas, precipitan al suelo.

Sin embargo, si miramos un poco más allá, y consideramos el alto poder simbólico que este fenómeno posee, habremos de señalar que desde antiguo, la lluvia ha tenido un significado especial. Los pueblos agricultores, como por ejemplo los pueblos mesoamericanos han considerado a la lluvia como un símbolo de “fertilidad” producto del efecto que desencadenan en las plantaciones y por ello le han dedicado ceremonias y ritos para celebrarla (Juego del Volador) y en algunos casos solicitarla. La cultura “Cherokee”, una tribu del sureste de Estados Unidos, pretendía con la “danza de la lluvia” limpiar la tierra de espíritus malignos y según señalaba su tradición, la lluvia provocada por el ritual contenía los espíritus de antiguos jefes tribales que, al caer, se enfrentaban a los espíritus malignos en el plano intermedio entre la realidad y el mundo espiritual. Así mismo, en la cultura Mapuche, el elemento acuático juega un papel muy importante tanto en la ceremonia del Nguillatún, como en el motivo que conduce a realizarla. La lluvia es vista como el principal referente de la “fertilidad” (como en mesoamérica); sin ella no hay alimentos y, por ende, el ser humano no puede subsistir, “pero en exceso también crea un estado poco fértil”. Por ende, el Nguillatún actúa como “medio de equilibrio” de la lluvia y su poder fertilizante*(Fertilidad y Ritualidad en la poesía Etnocultural Mapuche por Mónica Munizaga).

Así las cosas, lluvia para el día de cumpleaños de una persona o institución no puede significar una mala jugada del destino. Y es que si se piensa bien, cada vez que se celebra un cumpleaños o aniversario se pretender recordar “el origen” de algo o alguien, como si quien rememora el evento volviera a encontrarse en el espacio y tiempo específico del nacimiento o fundación. Y es que este hecho, para quien es el actor principal de la situación, implica necesariamente reencontrarse con la pureza y con el objetivo primario de la creación, sin las espurias preocupaciones de la vida común y silvestre; desprovista de prejuicios y cual hoja en blanco, listo para llenar con contenido los espacios y reinventarse hacia el infinito.


Es aquí, donde un día de lluvia le da una connotación mayor aún a esta rememoración, puesto que mediante su significado purificador implica necesariamente renovación, revitalización y limpieza de lo que una etapa del calendario solar (en nuestro occidente) ha significado. Es por tanto un “sumergirse en el río” para dejar atrás un lapso de vida que se consumió y que permite disponerse para ser actor de un nuevo periodo de existencia.




1 comentario:

  1. Me gusta; muy bien escrito. ¿Y sabes que? Creo que diste en el clavo. Desde tu punto de vista la lluvia viene de la mano con la celebracion; y no solo ese dia, sino que deja para ti, un camino limpio que recorrer; abre el cielo, limpia tu entorno, como un regalo inesperado. Y como bien dices, quien te quiere aparece llueve truene o relampaguee. Saludos, desde quien te quiere.

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